3/9/09

Ruanda - Hutus y Tutsis - Ruhengeri

http://ugandaruanda.blogspot.com/















Dejamos el lago Bunyonyi bastante temprano, teníamos un larga viaje por delante hasta llegar a Ruhengeri (Ruanda), casi 7 horas de polvorientos caminos.
Los caminos que antes eran grandes rectas con algún puerto en medio, se convertían ahora en mucho más irregulares, con puertos aún mayores y muchísimas curvas. Esto provocaba que nuestro avance fuera bastante lento.
En uno de los puertos vimos un camión tumbado, acababa de tener un accidente, en total vimos cuatro Uganda; Como ya he dicho en otros blogs, muchas veces el mayor peligro de algunos países está en la carretera y las formas de conducción temerarias.
He visto algunos países donde se conduce peor, en Uganda hay que estar atentos. Por suerte nuestro Joseph tenía una manera sosegada de conducir.


















Nuestro primer destino sería Kisoro, última población antes de llegar a la frontera de Ruanda. En Kisoro comimos en hotel de la empresa Gorillatours que nos había alquilado el coche. Dos días después pasaríamos por aquí de nuevo y nos quedaríamos a dormir en el Traveler's Rest Hotel. En principio esto no estaba en nuestros planes, ya que pensábamos pasar una noche más en Ruhengeri (Ruanda), pero el devenir de los acontecimientos nos llevó a pasar la noche aquí.






















El Traveler's Rest hotel es un lodge aislado del exterior por muros situados en superímetro, digamos que es una construcción muy agradable que mira hacia dentro. Fue uno de los sitios con más encanto donde nos alojamos, con jardines muy cuidados y una decoración preciosa tanto por dentro como fuera.
Curiosamente fue uno de los sitios donde más aves exóticas de pequeño tamaño pude fotografiar. Era uno de esos alojamientos con un par de bebederos con algo de fruta donde las aves reponían fuerzas. Mis primeros intentos de hacer una instantánea mientras nos preparaban la comida no dieron sus frutos, ya que cuando me arrimaba las aves salían volando con la suficiente antelación como para que no poder hacer unas fotos en condiciones. Luego cambié de táctica y me senté en una silla a tres metros del bebedero. Aunque esperé 10 minutos a que viniera el primer “cliente”, una vez abierta la veda, toda clase de increíbles, bellas y pequeñas aves posó para mí.















Volví a la mesa con Marga para saborear una vez más una Nilo beer. Desde allí teníamos vistas de la gran cadena montañosa de los montes Virunga.
Cuando salimos de Kisoro todavía teníamos por delante un largo camino hasta Musanze (Ruhengeri), pero antes teníamos que atravesar la frontera entre Uganda y Ruanda.
Cuando llegamos a la frontera nos bajamos primero en la parte ugandesa donde comprobaban nuestros pasaportes y visados, luego pasamos la frontera andando y llegamos a las oficinas ruandesas. Allí rellenamos unos cuantos formularios pero no tuvimos que sacarnos la visa puesto que esta si se podía conseguir en Madrid en el Consulado Honorario de Ruanda en Madrid. A pesar de todo tuvimos que esperar 30 minutos porque los papeles del coche no estaban del todo en regla, esto nos permitió estar un ratito con un grupo de ugandeses que esperaban también pasar la frontera. Nos hicimos unas fotos con ellas entre las risas de todos.













Cuando Joseph arreglo los papeleos del coche proseguimos nuestro viaje ya en Ruanda.
El primer cambio importante que notamos fue la carretera, primorosamente asfaltada. Habíamos pasado de los caminos polvorientos de Uganda al alquitrán de Ruanda. Desde el primer momento se distinguía también un nivel económico algo superior en este último país, no sabemos si por la zona geográfica en cuestión o por el nivel general del país; algo que no descubriríamos ya que de Ruanda solo visitaríamos Musanze (Ruhengeri) y el parque Nacional de los Volcanes.
Conforme avanzamos íbamos viendo el perfil de los montes Virunga, todo parecía tan pacífico armónico. Parecía imposible que sólo hubieran pasado 15 años de uno de los episodios más lamentables y sangrientos en la historia moderna de la humanidad. Un episodio que tuvo por testigo esta insólita tierra.



















Los Hutus y los Tutsis, genocidio de Ruanda

Antes de analizar el desastre acaecido en Ruanda en 1994 conviene saber algo de la sociedad ruandesa

La población ruandesa está dividida en dos grupos étnicos principales, siendo mayoría aplastante los hutus sobre los tutsis. También coexisten con estos una minoría minúscula de Twa o Battwa, los antiguos pigmeos.
Esta división étnica está hoy en día basada en una división de clase social. En principio estos grupos étnicos tenían características propias que prácticamente se han ido igualando. Los hutus más bajos, robustos y de nariz aplanada. Los Tutsis de rasgos más europeos; delgados, altos y de nariz perfilada, en general de facciones más finas.





















El origen del pueblo Tutsi proviene de la élite gobernante en los antiguos reinos africanos de los actuales Burundi, Ruanda y una parte de Tanzania, en 1994 eran algo menos de un millón de los 7 millones que formaban la población de Ruanda.
El origen del pueblo Hutu es el de antiguos pueblos de agricultores descendientes de los reinos tradicionales de la zona del lago Victoria y lagos a Oeste del valle del Rift, estos son mayoría en Ruanda.
El conflicto de los hutus y tutsis viene de mucho antes del año 1994.

En la época colonialista los países europeos se repartieron la tarta de África con sus caprichosas fronteras para repartirse sus riquezas; a los belgas les tocó la porción de Ruanda.
Los belgas separaron artificialmente para su mejor control a los hutus de los tutsis, estos últimos en clara minoría con respecto a los primeros(15% frente a 85%)
El entendimiento entre estos dos grupos étnicos empeoró después de que Ruanda logró la independencia de Bélgica en los 60. Los hutus se hicieron con el poder cuando el rey tutsi murió y obligaron a exiliarse a más de 100.000 tutsis.


















En 1994 tras 30 años de disputas la ONU estuvo apunto de respaldar un acuerdo de paz entre las dos étnias, pero un suceso cambió la historia de este país; el avión de presidente ruandés (hutu) Juvénal Habyarimana fue abatido y el gobierno hutu culpó a los tutsis del episodio e incitó a la población hutu para que se alzara contra ellos. Las radios del gobierno hutu pedían la limpieza étnica de los tutsis y se repartieron machetes y otras armas para terminar con el enemigo. En 100 días murieron casi un millón de personas en asesinatos atroces, casi todos tutsis y con la complicidad de casi toda la población hutu a los que apenas dejaron la opción de elegir, puesto que el que no estaba de acuerdo activamente también era sacrificado, de hecho muchos hutus murieron a manos de otros hutus. Medio millón de mujeres fueron violadas y un 30% de la población Batwa, ya de por si maltratada, fué asesinada en una espiral de violencia sin final.


















Pero a esta violencia sin freno hay que unir un hecho paralelo que agravó la crisis todavía más. Un hecho vergonzoso en pleno 1994, quizá la parte más triste e indígnate; la indiferencia con que el mundo vivió este atroz salvajismo.
El mundo no intervino y en sus televisiones “civilizadas” trataron el tema como un pequeño conflicto tribal en un pequeño país de África. No hubo ninguna intervención militar para ayudarles, no hubo reuniones anticrisis, sólo la indiferencia más absoluta.
El miedo y la esencia de esta masacre está muy bien reflejada en la película “Hotel Ruanda” de Terry George y magistralmente resumida en la magnifica canción “Million Voices” de Wyclef Jean, de esas canciones que tengo hace años bajada y guardada para cuando algún día nos cierren el grifo, particularmente me pone los pelos de punta. En esta canción su voz desgarrada reprocha al mundo y en particular a Estados Unidos y Reino Unido su no implicación en el conflicto.


Comienzo de “Million voices”

“Ni ryai izuba,
Rizagaruke, Hejuru yacu,
Ni rd´ uzaricyeza ricyeza” ...

“Cuando el sol brillará sobre nosotros?" ...

















Con estos pensamientos atravesamos las ahora pacíficas tierras del Parque Nacional de los Volcanes, llegando a Musanze (Ruhengeri).
Cuando llegamos a Musanze nos dirigimos a nuestro hotel, el Ishema hotel , este estaba en el mismo centro de Musanze con lo que el entorno cercano era más urbano.
Cualquier alojamiento en bandas o wedhouse de los que estaban al lado de la oficina de la ORTPN donde se organizaban los trekking a los gorilas hubiera tenido un entorno con más naturaleza y en las mismisimas faldas de las montañas.






















El Ishema hotel también tenía sus encantos; una piscina y sobre todo una familia de grullas que vivían en los jardines del mismo. Una buena ocasión para sacar un primerísimo plano de estos bellísimos ejemplares.
Después de una persecución por los jardines del hotel abandonando las maletas y a Marga conseguí el plano deseado entre los gritos desesperados de la grulla tipo pavo real.























Mercado textil de Musanze




















Dejamos las maletas y quedamos con Joseph y Richard para el día siguiente, luego nos fuimos a cambiar algunos dólares por francos ruandeses, no muchos ya que estaríamos poco tiempo en Ruanda.
Más tarde nos dimos una vuelta por el mercado textil de Musanze, una especie de bazar que ocupaba una manzana con muros rodeando el mismo. Al atravesar este se accedía a al mercado donde se vendían zapatos, zapatillas y sobre todo telas y ropa en general.













El mercado estaba organizado en multitud de pequeños puestos con pasillos de apenas un metro para pasar a modo de calles transversales o longitudinales.
La parte más destacable del mercado era el lugar donde se confeccionaban las telas o los arreglos de estas. Puestos envueltos en laberintos de paños, linos, rasos y costurer@s con sus viejas máquinas de coser, de las que aquí en España sólo sirven de adorno entrañable.














Estos pasillos de artistas del hilo estaban envueltos en ocasiones de telas colgantes de vivos colores que hacían las veces de filtros textiles. Cuando la luz atravesaba telas naranjas las caras y manos de los artesanos textiles se tornaban naranjas, como los filtros de todo el cine norteamericano, dando una calidez especial a la escena. Por el contrario si las telas eran azules las costurer@s mudaban su color al frío filtro azul de muchas películas europeas. Las luces iban atravesando las galerías y se filtraban como podían entre las telas, creando secuencias visuales bellísimas.
Como casi siempre, los mercados africanos nunca te dejan indiferente.
Salimos de allí y volvimos paseando al hotel. Compramos algunas galletas e hicimos algunas fotos por las calles; la gente vestía ropas menos rurales y más de estilo europeo en este núcleo urbano.
Volvimos al hotel para cenar y encargar el pack lunch para el trekking de los gorilas. Al día siguiente tendríamos el esperado encuentro con los primates.

1 comentario:

  1. bueno , hay un libro sobre una niña tusi la cual sufrió de niña y cuenta toda su historia desde su niñes asta su entrada al ejercito de NRA y cuenta como los tusis era exiliados y maltratados por el resto de la polblacion el libro se llama : mi vida como niña soldado de china keitetsi

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